Uno de los temas más raros en el mundo de la ficción es cuando se plantea la posibilidad de que toda la realidad en que vivimos no es otra cosa sino una ilusión, al menos a mí me hace sentir incómodo.
Pero resulta que en nuestra realidad eso podría ser algo más que simple fantasía. ¿Qué certeza tenemos de que percibimos nuestro entorno tal cual es? Resulta curioso que ideologías tales como la religión o supersticiones reflejen esta posibilidad en sus planteamientos.
Un fenómeno bastante conocido son las llamadas "ilusiones ópticas", imágenes, vídeos u otro que nos hace creer claramente una cosa, pero al modificar el contexto en que las vemos, resultan ser otra. Para muchos tal vez no sea más que una atracción de feria, pero se trata de un ejemplo bastante sencillo del punto que quiero tocar.
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Ejemplo clásico de ilusión óptica. Las líneas paralelas parecen converger. |
En una exposición TED, Denise Najmanovich nos introduce de manera sencilla a través de este tipo de ilusiones al cuestionamiento de si en realidad somos capaces de percibir el mundo como es. Aquí entra en juego el contexto y con ello, podemos enlazarnos a entradas anteriores donde hemos cuestionado el sentido común y las estructuras sociales que de éste emanan.
Denise habla sobre que percibimos el mundo mediante nuestro contexto, porque siendo sinceros, todo nuestro ser como tal se ve influenciado por el entorno que nos rodea. Hace siglos no éramos capaces de observar el mundo microscópico que nos rodea ni el lejano universo que nos encierra y por ello quizás las personas eran capaces de imaginar más y plantearse realidades ajenas a sus sentidos; ahora creemos que todo lo que existe lo podemos ver, a pesar que nuestra propia ciencia ha probado lo contrario. El ejemplo más claro: la mayor parte de la materia del universo, es decir, la mayor parte de lo que existe, es en realidad materia oscura, que no podemos ver, tocar o si quiera comprender, solo sabemos que existe por sus efectos sobre lo demás.
Y como eso hay miles de ejemplos más, cuando escuchamos nuestra propia voz en una grabación, no sentimos que sea nuestra voz, parece ajena. ¿Eso significa entonces que todo es subjetivo y que la ciencia como tal es un absurdo? Claro que no. De manera similar a como dijimos que encasillar a la humanidad como hombre/mujer o heterosexual/homosexual es una simplificación que nos lleva a cometer errores, pensar que lo que no es objetivo es, por defecto, subjetivo nos lleva a ignorar la posibilidad que podría ayudarnos a entender mejor la vida.
Si la objetividad señala que lo que percibimos en la mente es un reflejo fiel de lo que hay afuera (cosa que ya señalamos como incorrecta) y la subjetividad tiende a simplificar todo a un nivel en que sería imposible interactuar, la interactividad del conocimiento nos permite situarnos en un punto intermedio donde tiene cabida la ciencia, sin excluir la posibilidad de que detalles relevantes del mundo se nos escapan debido a nuestra educación (contexto) o a limitaciones físicas.
Así, el considerar este escenario puede llevarnos a cuestionarnos todo y pensar que la realidad carece de evidencias que la sustenten como realidad, o también podemos abrir nuestros criterios y con ello, tal vez lograr avances que no lograríamos al limitarnos a un objetivo y cerrado punto de vista.
Enlace al TED de Denise.
Sentir y percibir
Ahora que hemos visto que tal vez no todo es ni objetivo ni subjetivo, sino alguna clase de estado indefinido en el medio, podemos abordar también la manera en que interactuamos con la realidad, cómo percibimos y/o sentimos lo que nos rodea.
En un artículo publicado en 2002, Pablo Fernández Christlieb debate sobre el papel que los objetos han tenido a lo largo de la historia en el desarrollo de lo que creemos es "percepción" así como la naturaleza propia de la sensación y la percepción como construcciones histórico sociales que han evolucionado junto a la civilización.
En su análisis, el cual nos ofrece un recorrido por las concepciones de percepción y sensación ligadas a los objetos existentes a través de las épocas, desde el siglo VI hasta el XX, podemos reflexionar sobre el lugar que los objetos de nuestro entorno han jugado en nuestra vida. Así como la manera en que pensamos de ellos y nos sorprenderemos de cuán diferente es respecto a lo que podían considerar nuestros antepasados; nuevamente, el contexto define mucho más de lo que pensamos a simple vista.
Personalmente, creo que estas consideraciones vienen a reforzar los planteamientos vistos con Denise respecto a la interpretación.
Desde mi propia experiencia puedo poner el ejemplo de un artículo bastante sencillo, que pasa inadvertido pero que está en contacto constante con la mayoría de nosotros; el lápiz.
De entre los cientos, tal vez miles de artículos que uso a diario en mi vida académica (cuadernos, papel, plumas, reglas, etc.) el lápiz es tal vez de los que menos capturan la atención de las personas de manera común. En mi caso, significa más para mí dado que además de para las tareas rudimentarias el lápiz es indispensable para dibujar, una de mis actividades favoritas.
Asimismo, el lápiz es un ejemplo de un artículo que empieza a caer en desuso en tiempos modernos debido a nuevas herramientas, como las computadoras. Y de igual forma me parece un buen representante de cómo un objeto antiguo involucra más las sensaciones físicas de los humanos; para usarlo es necesario en primer lugar tomarlo, establecer contacto directo, visualizar lo que se quiere trazar y dónde se desea hacerlo... para quien gusta más de su uso (como yo) podría decir que interviene incluso el tacto de la mina, incluso su olor o el sonido que produce al rayar. Nuevamente cuestión de perspectivas.
A lo largo del tiempo este artículo "sencillo" ha sido objeto de constantes mejoras, cambios y variaciones, desde cubrir la mina con madera para su uso, pintar su exterior de amarillo para simbolizar calidad o su diferentes secciones transversales: redonda, triangular, hexagonal, etc. Unos 450 años han sido suficientes para crear una amplia gama de sus posibilidades y que sea tan común que nadie lo note. Pero ya ha sido inmortalizado, como al ser inspiración primaria para el diseño del Empire State Building, edificio más alto del mundo entre 1931 y 1972.
Y así como el lápiz, muchos otros artículos han ido desapareciendo del uso conforme avanza el tiempo, otro ejemplo clásico de esto es la máquina de escribir. Aún me ha tocado escuchar a mis padres o abuelos contar cómo solía ser su compañera fiel en la oficina y hoy, no son más que recuerdos. El contexto cambia como cambian los objetos que nos rodean.
Por ello pienso en definitiva que si se aspira a comprender realmente una situación o época se debe analizar cada aspecto del entorno, pues todo, por pequeño que parezca, influye de manera significativa, para todos y para cada uno a su propia forma.
Referencias
Wikipedia (febrero de 2018) Lápiz [en línea] Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%A1piz
Fernández Christlieb, P. Psicología colectiva de las cosas y otros objetos. Psic. Soc. Revista Internacional de Psicología Social, vol. I, no. 1, julio-diciembre 2002, págs. 9-20.
En la ficción se ha tratado el tema, como en Matrix o El Origen, basándose en la idea de que nada me puede asegurar que lo que percibo existe. Si algo es objetivo o subjetivo es, en sí mismo, una discusión sin respuesta, por lo que hay un bucle infinito sobre la realidad. Lo más importante, como mencionas, es ponernos en un punto donde abramos nuestro criterio y veamos más ampliamente el panorama. PD: Me gusta el diseño de la página principal que elegiste y el tono de verde.
ResponderEliminarHola, gracias por tu comentario. Y así lo considero, tomar otras perspectivas en consideración nos puede ser muy útil.
EliminarHola Carlos.
ResponderEliminarEsto y de acuerdo contigo. La percepción es una idea errónea de que lo que tus ojos ven es una representación fiel de lo que hay ahí afuera.
La forma en la que nosotros vemos el horizonte es diferente al que ve un viajero en un avión o en una nave en órbita. Los tres tenemos una vista y percepción diferente sobre el mismo horizonte. Así que tomar en cuenta la opinión de alguien más nos abre la oportunidad de ampliar nuestros horizontes.
A pesar de que nunca podamos llegar a coincidir, el simple hecho de no descartar otras opiniones enriquece nuestra percepción, en mi opinión. Saludos.
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